El musulmán


Introducción

Siempre es más fácil tratar con sistemas de creencia religiosa en abstracto. Catalogar lo que una religión específica cree con relación a la naturaleza de Dios, la naturaleza humana, la salvación y la moral suele ser un asunto muy directo. Dialogar realmente con alguien que sostiene estas creencias puede ser mucho más interesante y desafiante. Así que, si bien yo tenía un conocimiento general acerca de lo que enseña el islamismo, encontré que solo a través de una conversación prolongada con un musulmán obtuve una idea de la mentalidad y las actitudes de un seguidor de Alá. Se me abrió una puerta para que experimentara algo de la pasión y el celo que se encuentra en el evangelista musulmán. La discusión ocurrió por e-mail, lo cual acalló algunas de las emociones que suelen acompañar los intercambios religiosos, pero igualmente aparecieron con una intensidad considerable.

La oportunidad de llevar a cabo una discusión con un apologista musulmán surgió cuando un pastor de la universidad me preguntó si ayudaría a responder a los cargos contra el cristianismo que estaba haciendo un líder islámico en su facultad. Accedí, y pronto me di cuenta de que varias otras personas, tanto musulmanas como cristianas, estarían "escuchando" nuestra conversación. Una vez que fui presentado a mi contraparte musulmán -llamémoslo Alí-, el intercambio comenzó rápidamente. Me gustaría poder informar que al finalizar nuestra discusión Alí puso su fe en Cristo. En realidad, no creo haber hecho demasiado impacto en su pensamiento. Alí, como ocurre con todos nosotros, escoge qué aceptar como evidencia. Rehusó aun intentar ver algunos de los temas que discutimos desde una perspectiva cristiana. Todo lo que puedo hacer es orar para que Dios pueda usar nuestra discusión en algún punto del camino, si Dios escoge ablandar el corazón de Alí.

A lo largo de un período de seis meses, nuestra discusión se centró principalmente en la persona de Cristo. Alí hacía preguntas que yo intentaba responder. Pronto me di cuenta de que las tácticas y las intenciones de Alí eran distintas de las mías. A menudo usaba el ridículo y la intimidación en sus respuestas, y escogía a voluntad qué discutir y qué ignorar, decidiendo cuándo pasar a otro tema, a fin de evitar tratar realmente el material en mano. Nunca me consideré un polemista, y prefiero mucho más tener una discusión con personas que están realmente interesadas en el tema e intercambian puntos de vista amablemente. Si fuera a entrar en otro diálogo como el que tuve con Alí, tendría que darme cuenta de que no puedo dar por sentado que todos piensan como yo con relación al diálogo entre cosmovisiones religiosas. La Biblia nos dice que tenemos que estar preparados para dar razón de la esperanza que tenemos en Cristo, y que debemos hacerlo con mansedumbre y reverencia. No suponga que la otra persona seguirá las mismas reglas.

A continuación consideraremos el tema de la persona de Jesucristo desde una perspectiva musulmana, y comenzaremos a ver cómo uno podría dar una respuesta bíblica.

Matemáticas cristológicas

Dado que nunca había hablado con un musulmán con relación a las afirmaciones del cristianismo, tenía expectativa en cuanto al tipo de preguntas que podrían plantearse. No me sorprendió que el primer tema que surgió fuera la naturaleza de Jesucristo, dado que este es realmente el corazón de la cuestión. Los musulmanes creen que Jesús fue un profeta, tal vez un profeta único, pero no Dios en ningún sentido. Alí comenzó la conversación diciendo que no había ningún lugar en la Biblia donde dijera que Jesús es a la vez 100 por ciento Dios y 100 por ciento hombre. Junto con este desafío inicial, Alí señaló que él era muy sensible al contexto y estaría atento a intentos de forzar versículos para hacer que un pasaje dijera algo que no decía realmente.

Le envié a Alí un ensayo de 2500 palabras que había escrito previamente que contenía múltiples argumentos a favor de la deidad de Cristo y numerosos ejemplos donde Jesús dijo e hizo cosas que sólo tenían sentido si era realmente igual a Dios el Padre. Mi respuesta contenía indicaciones de la percepción que tenía Cristo de sí mismo como Dios, así como declaraciones hechas por sus discípulos que mostraban su creencia en la deidad de Jesús. Yo suponía que la humanidad de Cristo no era el verdadero tema. Así que no vi que hubiera ninguna necesidad de defenderla. La respuesta de Alí fue interesante. Señaló que los musulmanes ciertamente creen que Jesús nació de una virgen y realizó muchos milagros, con la ayuda de Dios. Pero luego dijo: "De su respuesta creo que ambos concordamos en que la Biblia no afirma que Jesús era a la vez 100% Dios y 100% hombre". Luego agregó: "Si no tiene ningún versículo para darnos, entonces pasemos al tema siguiente".

Al principio pensé que Alí no había recibido todo mi ensayo. ¿Cómo podría no haber comprendido? Me confirmó que lo había recibido y luego declaró que, dado que no había ningún versículo que habla de la deidad 100 por ciento y la humanidad 100 por ciento de Cristo, podíamos seguir adelante. Lo que me di cuenta luego era que estaba exigiendo un único versículo que mencionara precisamente un conjunto matemático de porcentajes acerca de la combinación de deidad y humanidad de Cristo. Me sorprendí bastante, por no decir otra cosa. Cuando le pedí que me lo confirmara, me dijo que eso era justamente lo que estaba buscando.

La mayoría de las personas sabe que los números de versículos en la Biblia fueron agregados en una fecha posterior por motivos de conveniencia. Luego de recordarle a Alí pasajes como Filipenses 2:6, 7 y el primer capítulo de Juan, le pregunté si era necesario encontrar esta compleja verdad en un único versículo. Él ignoró mi pregunta, respondió afirmando victoriosamente que la Biblia en realidad no dice en un versículo que Jesús es 100 por ciento Dios y 100 por ciento hombre y declaró que ahora pasaríamos al punto siguiente.

Debo reconocer que estaba algo perplejo, pero no estaba dispuesto a conceder el punto.

La importancia del contexto

Las tácticas de debate de Alí podrían denominarse la técnica de "talar y quemar": nunca reconozca haber usado un argumento débil y use abundante sarcasmo para intimidar a su oponente. A él le gusta también reclamar victoria en medio de un intercambio de ideas y luego declarar que vamos al próximo punto. Sin embargo, antes de pasar a la siguiente pregunta traté una vez más de contestar su primera pregunta. Todo lo que conseguí fue una acusación de que estaba evitando su segundo punto.

"Sabe, Don, lo que usted hizo en su último e-mail fue evitar completamente este versículo, y luego fue a buscar en la Biblia otros versículos en los que cree que Jesús dijo ser Dios y nos los dio, pensando que de alguna forma haría que nos 'olvidáramos' de Juan 5:30".

¿Qué tiene Juan 5:30? Jesús dice: "No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre". Alí afirma que el versículo muestra que Jesús es inferior e impotente, que en realidad no puede hacer nada. La clave de este pasaje, como siempre, está en el contexto. Señalé a Alí que, en Juan 5:19-23, Jesús dice que "no puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente". Jesús resucita a los muertos, le ha sido dado todo juicio y debe recibir el mismo honor que recibe el Padre. Alí respondió: "Está bien, esto es lo que hace un mensajero, pero no lo convierte en dios".

Le señalé que un mensajero comunica en nombre de otra persona. No afirma hacer lo que otra persona hace. Mahoma dijo ser un mensajero de Alá, no que hacía lo que hace Alá. De hecho, Jesús no dijo mostrar el camino, como haría un mensajero, sino dijo que Él era el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6). De hecho, el mismo capítulo dice que los judíos reconocieron que Jesús estaba diciendo que era igual a Dios el Padre e hicieron un esfuerzo mayor por matarlo (Juan 5:18). Alí podría no estar de acuerdo con esta afirmación -que Jesús era Dios- pero ese es precisamente el argumento que está planteando este capítulo y el resto del libro de Juan.

Alí saca versículos de su contexto y se rehúsa a tratar con todo el pasaje. Cuando se le da evidencia del capítulo que contradice sus puntos de vista, cambia los significados de las palabras y ridiculiza lo que encuentra irrazonable. Ahora veremos el rechazo de Alí a la Trinidad.

La Trinidad

No es sorprendente que Alí no entienda ni reconozca la relación trinitaria entre Jesús y el Padre. El Corán, en Sura 4, versículo 171, pide a la "gente de la Escritura" -los cristianos- que no cometan los excesos de su religión. Dice que Jesús fue un mensajero de Alá y su Palabra, que fue dada a María. Dice literalmente a los cristianos que "no digáis Tres", porque Alá es uno. Es posible que Mahoma creyera que la Trinidad consistía en Jesús, el Padre y María. Él rechazaba a Jesús como el Hijo de Dios porque imaginaba a Jesús como un descendiente físico de una unión entre Dios el Padre y María. Esto sería cometer el pecado máximo a los ojos del islamismo, equiparar una cosa física con Dios el Creador (shirk). Alí escribe: "Decir que Jesús es Dios, o Hijo de Dios, no es sólo una burla a la Deidad sino una blasfemia del orden más bajo y un insulto a la inteligencia de los hombres".

Como resultado, Alí alterna entre negar que la Biblia enseña que Jesús es Dios y ridiculizar como ilógico el concepto de que Jesús pueda ser a la vez Dios y hombre. Se rehúsa a reconocer la idea de la Trinidad, aun cuando sea la mejor forma de unir pasajes difíciles. Cuando se da suficiente evidencia de que la Biblia sí enseña que Jesús es a la vez Dios y hombre -ciertamente un concepto difícil-, los musulmanes rechazan la Biblia por haber sido adulterada. En realidad no tienen otra opción, ya que el Corán rechaza específicamente la trinidad. Se trata literalmente de rechazar a su profeta, Mahoma, o aceptar la validez y el mensaje de la Biblia.

Una acotación interesante a esta discusión es que la posición de Alí es muy similar a creyentes de otros grupos religiosos que respetan a Jesús pero rechazan al cristianismo. Los Testigos de Jehová dicen que la Biblia fue adulterada luego de la desaparición de los apóstoles, y que ellos ahora tiene la interpretación correcta de ella, al igual que los mormones y los bahai, una rama del islamismo. Los mormones dicen que su profeta, José Smith, recibió la perspectiva de Jesús que tienen ellos, que se encuentra en el Libro de Mormón, del ángel Moroni. Mahoma dijo haber recibido el Corán del ángel Gabriel. Es obvio que todas estas revelaciones no pueden ser verdaderas, ya que cada una nos da un Jesús muy diferente. Pablo tiene algo que decir acerca de estos diferentes evangelios. Escribe a la iglesia de Galacia:

"Me asombra que tan pronto estén dejando ustedes a quien los llamó por la gracia de Cristo, para pasarse a otro evangelio. No es que haya otro evangelio, sino que ciertos individuos están sembrando confusión entre ustedes y quieren tergiversar el evangelio de Cristo. Pero aun si alguno de nosotros o un ángel del cielo les predicara un evangelio distinto del que les hemos predicado, ¡que caiga bajo maldición!" (Gálatas 1:6-8).

Una decisión difícil

Como mencioné antes, el resultado del intercambio de seis meses no fue ni una conversión ni un final con un acuerdo amable de discrepar. De hecho, yo puse fin al diálogo luego de darme cuenta de que seguir el intercambio sería poco provechoso y mi tiempo podría usarse mejor en otras cosas. Debo agregar que esta no fue una decisión fácil. Me pregunté si había abandonado demasiado fácilmente o de alguna forma no había comunicado adecuadamente la esperanza que tengo en Cristo.

Sin embargo, mi vacilación para poner fin a la conversación desapareció cuando recibí una respuesta a mi nota sugiriendo terminar el intercambio. Alí me dijo que yo no podía abandonar. Que él anunciaría en diversos sitios Web que tanto yo como Ministerios Probe no teníamos nada que decir con relación a la confiabilidad de la Biblia, si yo no respondía a sus desafíos. Esto me confirmó que Alí me estaba usando simplemente para tener acceso a un público más amplio para transmitir su mensaje. No tenía ningún interés en una verdadera discusión, donde las ideas son consideradas y existe una dosis mínima de gentileza.

Volví a la Biblia para ver cómo manejó Jesús a personas así, y qué enseñó a sus seguidores que hicieran cuando encontraran oídos que no querían oír. En los evangelios sinópticos, Jesús dijo a sus apóstoles: "Si en algún lugar no los reciben bien o no los escuchan, al salir de allí sacúdanse el polvo de los pies, como un testimonio contra ellos". El significado que se comunica es que quienes rechazan el evangelio ahora deben responder por ellos mismos. Cuando se enseña el evangelio, trae a la vez juicio y salvación.

En Mateo 7:6, Jesús dice a los apóstoles: "No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen". Los perros y los cerdos no significan ninguna raza o grupo étnico específico. Jesús está enseñando que quienes han tratado el evangelio con desprecio y han rechazado claramente la salvación que ofrece, y han sido endurecidos por su desdén, deben ser evitados

Cuando Pablo y Timoteo sufrieron la oposición de los judíos, que se volvieron abusivos, el libro de Hechos (18:6) dice: "Se sacudió la ropa en señal de protesta y les dijo: '¡Caiga la sangre de ustedes sobre su propia cabeza! Estoy libre de responsabilidad'".

No me agrada leer estos pasajes. Quise cambiar la forma de pensar de Alí. Sin embargo, cuando le dije que estaba orando por él, contestó: "No me prediques, pruébamelo". Dado que él ya había ignorado muchas pruebas, esto me decía que sus oídos estaban cerrados. Sin embargo, seguiré orando a Dios para que ablande el corazón de Alí y que un día pueda tener oídos para oír el evangelio

 

musulmán
This website was created for free with Own-Free-Website.com. Would you also like to have your own website?
Sign up for free